Voces inspiradoras en el Tercer Taller Juvenil: Ciencia y liderazgo en Guyana, Surinam y Guayana Francesa
Escrito por el Comité Asesor Juvenil (YAC)
Los días 30 y 31 de julio de 2025, el Comité Asesor Juvenil (YAC) del Panel Científico por la Amazonía (SPA) organizó el tercero de una serie de cinco talleres virtuales conducentes al lanzamiento de un Manifiesto Juvenil Amazónico en la COP30 en Belém, Brasil. El tercer taller de la serie reunió a participantes de Guyana, Surinam y la Guayana Francesa en un interesante intercambio de ideas, experiencias y soluciones colaborativas, añadiendo nuevas perspectivas al diálogo regional sobre la conectividad ecológica, cultural y económica en la Amazonía.
El encuentro contó con las contribuciones de dos distinguidas expertas amazónicas del SPA: La Dra. Michelle Kalamandeen, científica conservacionista guyanesa-brasileña con amplia experiencia en ecología de bosques tropicales, y la profesora Paulette Bynoe, decana de la Universidad de Guyana y una voz destacada en política medioambiental e interdisciplinar y medios de vida sostenibles. Ambas expertas ofrecieron ideas científicas y políticas que fundamentaron los debates de los jóvenes en enfoques basados en pruebas, al tiempo que inspiraron a los participantes con su dedicación a la conservación, la acción climática y el compromiso comunitario.
El tercer taller profundizó en la conectividad ecológica, cultural, social y económica de la Amazonía, fomentando un puente verdaderamente enriquecedor entre Guyana, Surinam y la Guayana Francesa. La conectividad de la Amazonía es un salvavidas tanto para la región como para el planeta. Permite la migración de especies a través de vastos corredores ecológicos, alimenta la pesca, sostiene el ciclo del agua y regula el clima mucho más allá de sus fronteras. La Amazonia almacena entre 150.000 y 200.000 millones de toneladas de carbono en el suelo y la vegetación, y su biodiversidad encierra un potencial medicinal incalculable y conocimientos ecológicos tradicionales acumulados durante milenios.
Día 1 - El valor de la Amazonía y los retos apremiantes
Los participantes empezaron con una reflexión compartida sobre el valor único de la conectividad amazónica, no sólo como bioma de biodiversidad sin parangón, sino como sistema vivo que une ríos, bosques, culturas y medios de vida a través de las fronteras.
Los debates sobre conectividad ecológica destacaron el papel de la Amazonía en la regulación del clima a escala local y mundial, el mantenimiento de la biodiversidad y el apoyo a los servicios ecosistémicos. Sin embargo, amenazas como la minería ilegal, la deforestación, la expansión agrícola y la débil aplicación de la ley se identificaron como retos urgentes.
Los intercambios sobre la conectividad cultural y social hicieron hincapié en las identidades y tradiciones compartidas moldeadas por el bosque. Los participantes expresaron su preocupación por la erosión de los conocimientos indígenas y locales, la marginación en la toma de decisiones políticas y la homogeneización cultural provocada por presiones externas.
Las conversaciones sobre conectividad económica subrayaron la importancia de las economías arraigadas en el territorio, como la producción artesanal, la silvicultura comunitaria, la agricultura tradicional y la pesca. Sin embargo, se consideró que las industrias extractivas insostenibles, los incentivos estatales mal alineados y la falta de reconocimiento de la propiedad intelectual indígena y local socavaban estos sistemas.
Para los pueblos indígenas y las comunidades locales, la conectividad es también espiritual, pues vincula a las personas con sus antepasados, paisajes y tradiciones orales. Este conocimiento vivo es esencial para la gestión sostenible, pero a menudo no se tiene suficientemente en cuenta en la investigación y la política.
Sin embargo, estas dimensiones de la conectividad están sometidas a una presión creciente a medida que las actividades insostenibles degradan los bosques y contaminan los cursos de agua. El mercurio y otras sustancias químicas se acumulan a través de la red alimentaria, amenazando la salud y los medios de subsistencia. El cambio climático magnifica estos impactos, provocando un aumento y una mayor intensidad de los incendios forestales, incendios de bosques, inundaciones y cambios en las estructuras de los ecosistemas. En algunas zonas, la falta de reconocimiento legal de los derechos sobre la tierra de los pueblos indígenas, tribales y locales alimenta el acaparamiento de tierras y socava la confianza. Las carreteras, las presas y la expansión urbana fragmentan los hábitats, dificultando el desplazamiento de la fauna y la flora y el mantenimiento de los vínculos culturales de las comunidades con la tierra.
Día 2 - De los retos a las soluciones
La segunda jornada se centró en convertir el diagnóstico en peticiones y propuestas. Los participantes trabajaron en salas temáticas para definir medidas concretas destinadas a los gobiernos, el sector privado, el mundo académico y las comunidades locales para proteger y reforzar la conectividad.
Ejemplos de recomendaciones
Gobiernos: Hacer cumplir las protecciones medioambientales, garantizar los derechos territoriales indígenas y tribales y crear mecanismos de financiación para la conservación liderada por los jóvenes.
Sector privado: Comprometerse a asumir una auténtica responsabilidad social y medioambiental, respetar los conocimientos tradicionales e invertir en cadenas de valor sostenibles.
En el ámbito académico: Promover una investigación participativa que conecte los conocimientos científicos occidentales, indígenas y locales y refuerce la gobernanza comunitaria.
Comunidades locales: Fomentar la transferencia intergeneracional de conocimientos y establecer sistemas locales de vigilancia para la conservación medioambiental y cultural.
Abordar estos retos exige una acción colectiva. Los gobiernos deben garantizar los derechos sobre la tierra, hacer cumplir las leyes medioambientales e invertir en infraestructuras sostenibles que protejan los corredores ecológicos. El mundo académico puede tender puentes entre la ciencia y la política, conectar diversos sistemas de conocimiento y formar a la próxima generación de líderes de la conservación. La sociedad civil desempeña un papel importante en la sensibilización, el cambio de las pautas de consumo y la exigencia de responsabilidades a los responsables políticos. El sector privado y el financiero deben financiar activamente los servicios ecosistémicos, los medios de vida sostenibles y la capacitación de las comunidades locales. La participación de los jóvenes es esencial, no sólo durante la ejecución de los proyectos, sino también en las primeras fases de planificación y toma de decisiones. Las organizaciones de mujeres, los defensores de los discapacitados y las redes de base también deben tener un sitio en la mesa, ya que los impactos medioambientales afectan de forma desproporcionada a los grupos marginados. Ejemplos como la iniciativa "Construir con la Naturaleza" del profesor Naipal, en Surinam, muestran lo que es posible cuando los sectores colaboran, restaurando manglares, protegiendo costas y conservando la biodiversidad. Este modelo de cooperación entre disciplinas y fronteras es clave para conservar el tejido ecológico y cultural de la Amazonia.
Construir una visión panamazónica
El taller concluyó con la definición conjunta por parte de los participantes de los compromisos de los jóvenes, que incluyen el fortalecimiento de la colaboración transfronteriza, la amplificación de las voces indígenas y locales, la promoción de medios de vida sostenibles y la participación activa en la defensa de políticas de cara a la COP30.
En todas las dimensiones de la conectividad, surgió una idea común: las soluciones deben ser creadas conjuntamente a través de alianzas que incluyan a los pueblos indígenas, las comunidades locales, los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado, trabajando no de forma aislada, sino en un diálogo sostenido. En última instancia, salvaguardar la conectividad amazónica significa ver la naturaleza y las personas como inseparables, honrar a los guardianes del bosque y crear sistemas que sean socialmente justos, económicamente viables y ecológicamente resistentes.
Tras la celebración de tres talleres, se observan patrones en toda la región: las presiones extractivas, la pérdida del patrimonio cultural y la migración juvenil son preocupaciones compartidas, mientras que el llamamiento a una gobernanza inclusiva y con múltiples actores es unánime. Las percepciones de Guyana, Surinam y la Guayana Francesa se incorporarán a una visión consolidada de la juventud amazónica, que se presentará en la COP30 y reflejará las diversas realidades y aspiraciones de los jóvenes amazónicos.
El próximo taller, centrado en Brasil, seguirá ampliando esta visión, culminando en una hoja de ruta unificada y dirigida por jóvenes para salvaguardar la Amazonia. La estabilidad de nuestro clima mundial depende de ello.