Perspectivas: Financiación climática para la restauración de la Amazonía y el desarrollo sostenible
El 27 de septiembre de 2024, durante la Semana del Clima de Nueva York, la Panel Científico por la Amazonía (SPA) y BID Invest coorganizaron un impactante evento centrado en Financiación climática para la restauración de la Amazonía y el desarrollo sostenible. Esta reunión de distinguidos expertos fue fundamental para explorar la compleja interacción entre la financiación climática, los esfuerzos de restauración y el desarrollo sostenible en la selva amazónica.
Mientras el mundo se enfrenta a los acuciantes retos del cambio climático, la selva amazónica se encuentra en una encrucijada crítica. Emma Torres, Coordinadora Estratégica de SPA, abrió la sesión con una convincente declaración que marcó el tono de los debates posteriores. Sus reflexiones subrayaron la urgencia de los problemas y los esfuerzos de colaboración necesarios para abordarlos. A continuación, Jaime García Alba, Director de Estrategia y Conocimiento de IDB Invest, subió al escenario y subrayó la importancia de la unidad para abordar los polifacéticos retos a los que se enfrenta la Amazonía.
El discurso de apertura del Embajador André Correa do Lago, Secretario de Clima y Medio Ambiente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil, enmarcó lo que está en juego en la organización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP30 en Brasil. Expuso la urgencia de abordar la deforestación, que es la principal fuente de emisiones de Brasil. Sin embargo, subrayó que detener la deforestación por sí solo no bastará para resolver la crisis climática, ya que sólo representa alrededor del 10% de las emisiones mundiales. El verdadero reto, subrayó, reside en atajar las emisiones de combustibles fósiles, el principal motor del cambio climático global. Incluso con una deforestación cero, la Amazonía seguirá sufriendo si el mundo no se ocupa de los combustibles fósiles. No obstante, el Embajador do Lago se mostró optimista y citó la Declaración de Belemque, gracias a los esfuerzos de Panel Científico por la Amazonía (SPA), incluye puntos de no retorno críticos. También destacó la iniciativa Unidos por nuestros bosques que pretende unir a 67 países con bosques tropicales en torno a intereses comunes. Su mensaje fue claro: la voz colectiva de los países en desarrollo es esencial para dar forma al futuro de la financiación climática, y la próxima COP30 debe liderar tanto la conservación de los bosques como el abandono mundial de los combustibles fósiles.
Tras el discurso de apertura, los miembros de Panel Científico por la Amazonía (SPA) ofrecieron sus puntos de vista a través de intervenciones impactantes. Roxana Barrantes, autora principal de SPA, presentó las principales conclusiones del estudio Policy Brief Una nueva infraestructura para la Amazoníahaciendo hincapié en la necesidad de un nuevo paradigma para las infraestructuras amazónicas. Hizo un llamamiento a centrarse en las necesidades de las poblaciones locales salvaguardando al mismo tiempo el medio ambiente, lo que incluye rechazar los proyectos de grandes presas en favor de soluciones a pequeña escala que garanticen el acceso universal a la energía y aprovechen la conectividad digital para mejorar la integración social y económica.
A continuación, Ricardo Abramovay, autor principal de SPA, destacó el potencial sin explotar de la sociobioeconomía en la Amazonía. Hizo hincapié en la importancia de la Iniciativa del G20 sobre Bioeconomía (GIB), que en su opinión proporciona una dirección clara para futuras iniciativas, en consonancia con los objetivos del Capítulo 30 del Informe de Evaluación de la Amazonía 2021 de el SPA. Señaló el déficit de financiación de la bioeconomía en comparación con la agricultura, abogando por centrarse en la diversidad en la conservación de los bosques, la regeneración y los productos no madereros. También abogó por una bioeconomía que realmente valore la rica diversidad biológica y cultural de la Amazonía, en lugar de promover los monocultivos. Abramovay subrayó la necesidad de un nuevo paradigma que priorice la sostenibilidad sobre los combustibles fósiles, con dos áreas clave de atención: la transformación de las prácticas de producción animal y la mejora de la agricultura urbana en las ciudades amazónicas pobres en árboles. Por último, subrayó que la capacitación de las comunidades locales es esencial para impulsar estos cambios, como se señala en las recomendaciones del G20.
Catarina Jakovac, autora principal de SPA, destacó el alarmante estado de la Amazonía, donde se ha deforestado alrededor del 20% de los bosques autóctonos, con el riesgo de perder otros seis millones de hectáreas de aquí a 2030. Subrayó que, para ser eficaces, los esfuerzos de restauración deben dar prioridad a detener la deforestación. Jakovac abogó por pasar de los "arcos de deforestación" a los "arcos de restauración" mediante diversas estrategias, como la regeneración natural y la plantación activa. Hizo hincapié en implicar a las partes interesadas locales, promover la oferta de restauración y la cadena de valor, adoptar una gestión adaptativa y reconocer la regeneración natural de los bosques como una estrategia legítima y rentable en la que el sector financiero debería invertir, garantizando al mismo tiempo la conservación de los bosques en pie, vitales para la biodiversidad.
A continuación, Jaime García Alba dio comienzo a la mesa redonda, que contó con la participación de destacados ponentes, como Valmir Ortega, Director Financiero de Belterra; Marcelo Medeiros, Presidente de re.green; Ilona Szabó, Cofundadora del Instituto Igarapé; Hervé Duteil, Director de Sostenibilidad para las Américas de BNP Paribas; y James Mulligan, Director de Ciencia y Estrategia de Neutralización del Carbono de Amazon. Sus diversos puntos de vista enriquecieron el debate y abogaron por mecanismos financieros innovadores que reconozcan el valor intrínseco de la naturaleza.
Ilona Szabó, abordó los obstáculos y oportunidades críticos para el desarrollo de la Amazonía, haciendo hincapié en la urgente necesidad de restaurar las tierras degradadas de la región. Destacó que la urgencia actual presenta importantes oportunidades para el sector privado, siempre que se tomen medidas para reducir el riesgo de las inversiones. Szabó se refirió a la importancia de disponer de títulos de propiedad adecuados, hacer cumplir la ley, ayudar a los gobiernos locales, presionarlos para que adopten políticas mejores y más adecuadas, y establecer relaciones sólidas con las comunidades locales para facilitar la inversión. Abogó por un enfoque conjunto para hacer frente a los riesgos de las actividades ilegales, al tiempo que abogó por marcos que permitan la financiación mixta, lo que animaría a los sectores privado y financiero a invertir en iniciativas de restauración, así como en otros instrumentos financieros innovadores. Szabó insistió en la necesidad de entablar conversaciones colectivas y globales sobre estas cuestiones, subrayando el imperativo moral de compartir los riesgos y fomentar la colaboración para movilizar el capital necesario para el desarrollo sostenible de la Amazonía.
Valmir Ortega hizo hincapié en la urgente necesidad de estrategias a medida para restaurar millones de hectáreas de tierras degradadas, destacando que un planteamiento único es ineficaz. Señaló que la restauración de estas zonas requiere diversos modelos empresariales y múltiples fuentes de financiación. Señaló que Belterra se centra sobre todo en los pequeños y medianos productores, que afrontan retos debido a la escasez de crédito y asistencia técnica. Estos productores necesitan ayuda para diversificar la producción de alimentos, sobre todo a través de la agricultura familiar y los sistemas agroforestales. Otra iniciativa importante es Río Capim, que pretende intensificar los sistemas silvopastorales dedicados a restaurar las tierras degradadas. Ortega subrayó la importancia de las subvenciones públicas, como las que proporcionan programas como el Plano Safraque tradicionalmente apoyan la agricultura convencional, pero que podrían adaptarse para promover prácticas sostenibles como la agrosilvicultura y la agricultura regenerativa. Este cambio crearía las condiciones necesarias para una mayor participación del sector privado en los esfuerzos de restauración.
Marcelo Medeiros compartió su ambiciosa visión de restaurar un millón de hectáreas de bosque, destacando el papel fundamental de la biodiversidad y la colaboración con los productores locales. Explicó que este objetivo surgió del deseo de crear un impacto significativo que pudiera verse incluso desde la luna. Con aproximadamente 60 millones de hectáreas de tierras degradadas en Brasil, señaló que ya existían casos de éxito que confirmaban que la restauración a gran escala era factible. Con la adquisición de Bioflora, el mayor vivero de Brasil, pretendían recolectar activamente semillas y reproducir la rica diversidad de los bosques tropicales. Con una fuerte colaboración de los productores locales, subrayó que la restauración era factible, especialmente dadas las avanzadas capacidades agrícolas de Brasil.
James Mulligan subrayó que las soluciones eficaces para la Amazonía requieren algo más que tecnología: exigen innovación y un firme compromiso de actuar. Afirmó que detener la deforestación tropical debe ser la máxima prioridad, seguida de la restauración de los bosques perdidos. Mulligan es cofundador de la Coalición LEAF, que canaliza fondos hacia iniciativas de conservación, incluido un reciente acuerdo de 180 millones de dólares con el gobierno de Pará (Brasil). Destacó que los mecanismos del sector público son vitales, ya que proporcionan recursos para que las comunidades locales prosperen al tiempo que se protegen los bosques. Al promover la restauración a gran escala y dar prioridad a la financiación innovadora, pueden ayudar a Brasil a alcanzar sus objetivos climáticos.
Hervé Duteil hizo hincapié en la importancia de pasar de la ampliación a la multiplicación de los flujos financieros hacia la Amazonía para satisfacer las necesidades de desarrollo de la región. Señaló que los esfuerzos existentes están fragmentados, destacando la necesidad de uniformidad en los mecanismos de financiación. Duteil señaló que los datos son cruciales para medir el progreso, abogando por un precio de la naturaleza que vaya más allá de los créditos de carbono y biodiversidad. También propuso utilizar bonos de resultados como medio para transferir el riesgo, en los que los bancos emitan bonos vinculados a resultados medioambientales satisfactorios. Por último, subrayó la necesidad de la acción colectiva, instando a los bancos a unirse en torno a un compromiso de no deforestación para fomentar la confianza y alentar la inversión en iniciativas fiables.
El debate concluyó con la intervención de panelistas y asistentes que ofrecieron diversas perspectivas. Jaime García Alba habló de los Bonos Amazónicos con el Banco Mundial como herramienta potencial para la financiación de la restauración. Avecita Chicchón, de la Fundación Moore y del Comité Estratégico de SPA, instó a una mirada crítica sobre las rutas de integración regional en Sudamérica, haciendo hincapié en un desarrollo equilibrado que salvaguarde la Amazonía. Olga Puntus, de JP Morgan, expresó su preocupación por la rendición de cuentas en la asignación de fondos. Roberto Waack, también del Comité Estratégico de SPA y del Instituto Arapyaú, abogó por el desarrollo del mercado de créditos de carbono y productos no madereros. Ilona Szabó hizo hincapié en la necesidad de infraestructuras responsables con el medio ambiente, señalando su impacto en las comunidades locales.
Emma Torres concluyó el acto haciendo hincapié en el papel fundamental de la COP30 para avanzar en la conservación de las selvas tropicales. Destacó la complejidad y diversidad de la Amazonía y la necesidad de diversos enfoques para abordar eficazmente sus retos. En particular, reconoció el desarrollo proactivo por parte de la industria financiera de nuevos instrumentos para apoyar estas iniciativas, lo que indica una tendencia prometedora en la colaboración intersectorial. Emma expresó su entusiasmo por los debates en curso con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial para integrar el análisis y las recomendaciones políticas pertinentes de Panel Científico por la Amazonía en estrategias financieras más amplias. Instó a continuar el diálogo sobre los bosques tropicales a medida que se acerca la COP30, haciendo hincapié en la importancia de experimentar con herramientas financieras y modelos empresariales innovadores.
El acto subrayó la urgente necesidad de detener la deforestación y pasar a la restauración de la Amazonía a gran escala, con estrategias centradas en la participación local y la conservación de la biodiversidad. Se hizo un firme llamamiento en favor de mecanismos financieros innovadores, como los bonos amazónicos, las inversiones en bioeconomía y la financiación basada en resultados. La socio-bioeconomía se identificó como clave para el desarrollo sostenible, promoviendo la conservación de los bosques y los productos no madereros. Garantizar la rendición de cuentas en la financiación climática es crucial para lograr resultados tangibles tanto para las comunidades como para los ecosistemas. Los panelistas también insistieron en replantear las infraestructuras para apoyar a las poblaciones locales al tiempo que se salvaguarda el medio ambiente. A medida que se acerca la COP30, la colaboración y las asociaciones intersectoriales son esenciales para integrar estos esfuerzos en las estrategias climáticas mundiales, asegurando el futuro de la Amazonía.